me hubiera gustado y no seré...

Kioskera, me encantaría ser quiosquera y leerme todas las revistas habidas y por haber, comentarlas con mis clientes, quedarme los regalos de los periódicos.... la panacea

Pizzera, bueno esta todavía no la descarto, me encantaría tener una paradita de pizzas y ponerles de todo y reinventarlas, se iba a cagar el pizzero ese de Llívia. Me encanta ir a la Boquería y mirar al pizzero con sus porciones y sus empanadillas, me quedo ahí rato y lo miro y calculo sus ganancias, los ratos en los que piensa qué ingredientes poner, como lo prepara todo, aunque ya no lo haré más porque ya me mira raro. Yo también me miraría raro a mí.

Camionera, esto creo que ya lo he comentado alguna otra vez, me encanta la vida romántica del camionero en carretera, sobretodo los que hacen Europa. Me gusta porque están solos, escuchan la radio, música, tienen obligación a descanso cada 3 horas y tienen hasta DVD en la cabinita. Además, para qué negarlo, me encantan los menús de carretera.

Ayudante de Mago. Me emociona más que a cualquier niño palurdo un mago. Y me jode mucho no saber como se lo hacen para dejarme de piedra.

Cigarretera o como se llame en un cabaret del París o el Berlín de los años 20. Vender cigarros, caramelos y condones llevando colgada del cuello aquella caja a Tolousse Lautrec tenía que molar.

Forense siempre me hubiera gustado ser forense en activo descubridora de truculentos asesinatos, hasta que me di cuenta que daba asco.

Camarera en el Estudio 54, por razones obvias que sobran comentar.

Cantante en algún pequeño restaurante en algún pequeño y remoto lugar del mundo. Veo más fáctible el de forense o cigarretera en el París de los años 20 que esta por razones que me han privado la naturaleza y la genética.

Idea inspirada en una canción de Sabina.