Y la cagada de un Orang Utan, hizo la luz

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Y si, ayer fue mi cumpleanyos, y no, ya no me cuesta decir que tengo 25, aunque reconozco que si hubiera dicho 21, muchos no os hubierais percatado del enganyo, porque valga decirlo, 25 no los aparento ni de conya.

Pase este dia estupendamente en la selva de Borneo, aqui con mi companyero el Carles, que con mucho esmero y dedicacion me regalo un neceser monisimo para los pasaportes y dentro una serie de vales dibujados por el mismo con mucha imaginacion que se los iba ensenyando al primer malayo selvatico que encontraba por el camino, mas tarde me cayo mi segundo regalo; In to The Wild, el libro en ingles, que por las circunstancias en las que nos encontramos me va mas que ni hecho a medida aqui y ver que alguien, alguna vez, lo paso peor que nosotros... porque Borneo es tedioso, caluroso y humedo.

Mi suenyo desde ya hace algun tiempo, era visitar los orangutanes en libertad y mira, el destino o lo que fuera han hecho que me lo pudiera organizar para el dia de mi cumpleanyos.

No, nunca me ha gustado cumplir anyos, por mas que no lo pueda parecer, de toda la vida me he considerado pesimista y siempre desde donde alcanzan mis recuerdos, cumplir anyos me ha producido una cierta melancolia mezclada con un simbolico paso del tiempo en forma de pastel con velas. y el que todo el mundo estuviera encima mio durante un dia, significando, para mi, siempre un anyo menos y nunca un anyos mas como la gente suele decir. (si, de ninya era rara de cojones).

Pero no ayer, no no, ayer me levante porque la bolsa de plastico que contenia mi regalo me desperto con sus crujiditos y mientras el Carles me miraba con mas ilusion que la que pudiera tener yo, en seguida me acorde que era mi cumpleanyos y que iba a ver orangutanes a 100 metros de mi cama. Alli me plante, en el centro de rehabilitacion para orangutanes de la selva de Sabah, estan en libertad, asi que solo los puedes ver cuando unos trabajadores del parque dejan un cubo de platanos en un sitio determinado, que es donde los puedes observar. Llegue la primera y me fui la ultima.

Paso media hora hasta que el primer primate, de unos 10 anyos se presento, con su pelo rojo y semblante serio, andando con sus cuatro patas por una valla de madera en la cual yo estaba apoyada y muy concienciada de que no podia abrazarlo, me escocio el rabillo del ojo y llore un poco, me aparte y el paso, me miro y acto seguido, todo en un silencio sepulcral o mejor dicho selvatico y a camara muy lenta, se subio a una rama a 3 metros de mi y yo no podia parar de mirar sus acrobacias pacientes y calmadas . Hata que al cabo de unos cinco minutos de intrigante observacion al animal que tengo mas idializado, se puso de culo y se cago, lo vi todo, desde que salio hasta que cayo, incluyendo el ruido que hicieron las hojas al amortiguar la caida.

Y fui feliz, y me ilumine, y no se por que ese momento me hizo pensar o simplifico o esquematizo todo lo que estoy aprendiendo en este viaje; no me voy a preocupar mas, ni por si estando aqui no hago un curriculum alli, ni si con tal edad ya es mas dificil que te quieran para segun que trabajos, ni si aqui no soy productiva, ni si alli tengo a los mios... Si hay algo que se pueda decir que he aprendido, gracias a la ayuda de toda la gente que he conocido, es que la vida se puede o se debe, esto falta concretarlo, vivir de varias maneras, no es verdad que haya solo una, no es verdad que se tenga que escoger o que las cosas tengan que ser para Ya!, todo viene y todo va, todo aparece y todo desaparece y cuanto mas hagamos mas recordaremos, y eso, amigos es lo que aprendi gracias a la gota o la caca que colmo el vaso.

Nota para Suevia:

Tranqui Suevia que no m'he tornat hippy

el iluminador