Cachis!!!

Se podría decir que hoy es el primer día, desde mi desafortunada vuelta, que me estiro, pienso y escribo. Que por más camino de rosas que me esté suponiendo mi visita por estas, mis tierras, no jodamos; yo estaba mejor en el trópico que aquí. He descubierto por fin mi esencia, lo que me gusta y lo que no. Y ahora sí, y sin verguenza, lo digo. A mi lo que no me gusta es trabajar y lo que sí es cultivar el noble arte del no hacer nada y ilustrarse mucho (por dentro).
Han sido muchas las personas que me ha gustado reencontrar, algunas que me dan más igual ahora que antes, supongo que una se hace mayor, o menos gilipollas y pocas las que me podría haber ahorrado un reencuentro.
Y esperando a que Carletes venga a acompañarme las escasas horas que nos juntamos desde mi (nuestra), perdonen que me repita, desafortunada vuelta al país que me vio crecer, me pongo vía youtube a Peter Sarstred para que con su acento hindi/francés cantando en inglés algo sobre el boulebard Saint Michelle me vengan recuerdos de currys y cardamomos y caras morenas y gente sentada en el suelo y autobuses y paisajes y canciones de Manel.
Lo bueno, bueno, lo que se supone que es bueno, que en realidad lo es, es que en un tiempo récord y gracias a la inestimable ayuda de la Mon, que a parte vivir con Carlota, hace unos complementos con esas manitas que Dios le ha dado, que son una maravilla, he conseguido curro, lo cual, y ahora que ya no lo voy a llevar a cabo os lo cuento; ha tirado al traste un urdido y complicadisimo plan que estaba estudiando para entrar en prisión por más o menos un año y así mataba dos pájaros de un tiro; no gastar el dinerillo que aún me queda y estudiar como salir de este país de nuevo.
Lo que pasa y es algo que desgraciadamente me ha perseguido toda la vida, es que siempre se me presentan oportunidades que me hacen ir de la mano de la buena ciudadanía y de lo legal, cosa que no va nada con mi espíritu, mucho más rebelde y desenfadado, pero, eso sí, le ahorra alguna que otra crisis de ansiedad a Mª Angeles, para ustedes, mama, para mí.
Así que aquí les presento el trabajo que hace Rosiel, o el culpable de que ya no cultive el noble arte de no hacer (absolutamente) nada.