El tema es que los que hayáis leído alguna vez mis post sabréis que tengo un conejo, belier, que os veo venir, que se llama Morgan y al cual amo con locura, como se puede querer a un hijo o incluso un poco más porque es mucho más bonito que cualquier bebé y a la vista está. Ahora el Morgan tiene un problema; le crecen demasiado los dientes, porque es un roedor y no roe y a diferencia de las personas a los roedores les crecen los dientes toda la vida y lo tenemos que llevar al veterinario a que le corte los dientes con un cortauñas especial para dientes de conejos que no roen, la broma cuesta 17 euros, y yo depilarme medio cuerpo 20, y la verdad es que nos crecen casi igual de rápido. Bueno no.
Pues resulta que nos vemos poco, estoy en régimen de visitas y es normal, él es pequeño y no entiende que cuando lo veo necesito achucharlo y dejarlo sin respiración durante unos breves segundos porque necessito tocarle apretarle esa naricita tan preciosa que tiene. Y no lo entiende, y el otro día hizo ver que se caía encima de mi cara y aprovechó para meterme el pezuñón dentro del ojo dejándome una rascadita en la ojera que el primer día escocía.
No tienen respeto por nada... Muerden la mano a quien les da de comer.
3 comentarios:
eso se arregla comiendolos en lugar de darles de comer...es un poco drástico pero práctico y sabroso ;)
sí hombre! eso sería canibalismo y parricidio.
jejeje, lo confieso soy un parricida canibal..:P y lo peor disfruto!
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